In a sentimental mood

    Cuando quise darme cuenta estaba en aquel tren, llovía y un profundo gris inundaba hasta el último rincón del vagón, sonaba en mis auriculares el cadente piano de John Coltrane al ritmo del vaivén bajo mi sombrero, eso era, llevaba mi sombrero gris bajo el que camuflaba mis expectativas, debía ser otoño.

Parece que volví años atrás, el metro se asemejaba mas a una montaña rusa de madera entre sucios edificios que el medio de transporte por antonomasia de la gran ciudad, esa madera llena de polvo, sin apenas barniz y corrupta por largos periodos de sol en el pasado, ahora encorchada por la insulsa y eterna llovizna, miraba taciturno a todas las personas que cometían la tropelía de pasar a menos de un metro, iba tras el conductor de aquella pantomima, tras un vidrio lleno de golpes y arañazos.

Bajé, sabía que era mi parada, ya había estado allí antes, paseaba titubeante con la mirada puesta en mis pies, había obras, tierra y cemento por toda partes, las crucé sin miedo, había dejado de llover, de hecho salía un tímido sol primaveral, recordé las razones de mi viaje, dibujé media sonrisa, desperté.

Cicatriz

    Con los ojos cerrados en la mas profunda oscuridad, viendo esa multitud difusa de lucecitas multicolor, paso los dedos una vez mas con ese apestoso aceite. La sensación de esa pequeña parcela de piel llena de nudos, adormilada, combinada con el dolor de los nudillos de ese dedo, cansados, fatigados de cada estiramiento, de cada ejercicio llevando al límite toda la mano.

No es mas que una historia que contar, cada vez que me limita recuerdo el momento, ese instante que cambió el tic tac del tiempo, resquebrajando la fina piel de la "realidad" para devolverme un poquito de paz interior, cerrando por dentro en días lluviosos para calarme hasta los huesos de mis ideas, de mis principios y de mi constante lucha alimentando a esa bestia.

No es mas que una historia que nunca acabaré de contar, la cicatriz solo es el borde de la tapa de uno de mis viejos libros, que no mucha gente se atreve a abrir por miedo a lo que puedan descubrir.

Dentro de lo de dentro

   Los rumores siempre le rodearon. Al principio le molestaba, ¿por qué la gente perdía el tiempo opinando? Nunca lo llegó a entender, pero aprendió a utilizarlo para protegerlo, para protegerse. Como una fina seda que le permite verlo todo y que matiza cada detalle de su ser, maquillando de adjetivos aquello que nadie entendía.

    Como pequeños parásitos todo aquel que mantiene algún tipo de contacto con él drena su energía poco a poco, con cada palabra que se ve obligado a articular se siente atracado, despegado de su propio ser hasta sentirse desnudo, salvaje. Nadie entenderá que hay días que un mero saludo es un gran esfuerzo, un pequeño contacto físico un gran sacrificio, no entenderlo con una mirada un insulto. Sus auriculares y un paseo a veces debían olvidarse de él por el riesgo a ese contacto tan innecesario para él, tan común para el resto, de no entender que el silencio y la soledad son necesarias, que estar en silencio no significa no tener nada que decir, porque él puede hablar con caricias y miradas que nadie podrá darte; y la soledad no es triste, sino reflexiva y necesaria para recordar sus raíces, cada una de las ideas que forman esa mente, para organizar todo lo que necesita para vivir.

    La introversión es así. Dale lo que necesita y tendrás algo único, despojale de lo único que realmente necesita y se encargará de que sientas que no tienes nada.

Las huellas del paso del tiempo

    Deshizo las maletas y volvió a utilizar su mochila, dejó equipaje inútil por el camino y se fue a coleccionar pedazos de si mismo. Cuando se encontraba en aquel viejo tren meciendole, recuperó la pureza sensitiva, volvió a sonreír por la nimiedad de un nuevo amanecer, como si no ocurriese todos los días.

Necesitaba un poco de ayuda, le ayudaron a descubrir retales de aquella ciudad que siempre odió, ha descubierto que solo basta una minúscula parte de ti residiendo en otro lugar para cambiar tu opinión sobre ella, y en este caso no era minúscula. Recuperó su media sonrisa, su intensidad y su claridad de ideas, con esos matices animales que siempre le pertenecieron, cuidado, está ahí fuera.

Frágil

    Siempre fue un frágil cristal ante un temporal. Fino, calado hasta los huesos de lo que le rodea, tanto es así que le costaba concentrarse en quién era mientras hubiese una gota de agua deslizandose por su clara piel. Por eso no volvió a salir los días de tormenta, por eso se fue a vivir al desierto.

El único capítulo

    De un libro de tapas duras, muy cercano a la apariencia de un best seller... pero me equivoqué, la genetíca le había regalado una imagen que no correspondía con esa desgarradora historia, os lo contaré todo y será como si no os hubiese contado nada.

    Pocas páginas, muchos apuntes a lapiz en los márgenes y una irregularidad léxica que quita el hipo. El tiempo pasaba, no sabía qué estaba ocurriendo, aquello estaba entrando de puntillas en un lugar conocido por pocos. Se convirtió en una pequeña pieza imprescindible, de tan joven factura y funcionando a la perfección en aquel lugar tan hostil, ¿pero cómo pudo ser?

    Aguantó, es una superviviente, esperó pacientemente a su momento, dijo las palabras adecuadas y supo aprovechar sus oportunidades. Eso es todo. Ella ha estado cuando lo he necesitado, mi pequeña hermana hace tiempo que dio sus primeros pasos, hace tiempo que superó su primera guerra.

    ¿Habeis entendido algo? No lo necesita, no lo necesito, somos así, ella estará ahí, y sin duda yo estaré aquí.

Imagen

Jugaban a susurrarse millones de baladas al oído, agarrados, bailando en aquella pequeña habitación Joe Cocker tenía la voz mas desgarradora que tuvo jamás. Aún retumbaba en sus cabezas:

"You are so beautiful...to me."

cuando una mirada dejaba a la vista un camino de lágrimas bordeando unas mejillas henchidas gracias a una sonrisa rompedora.

Anaranjado

    Me desperezo ligeramente mientras el final de Billie Jean suena en mis cascos, sí, otra noche más que la música me acuna en sus brazos. Corro la cortina y observo este anaranjado paisaje de madrugada. Me alcanza un trino nuevo para mi, sonrío como si escuchar a un pájaro fuese la mayor de las satisfacciones. Tras un buen rato mirando al infinito bajo la persiana y duermo otro par de horas.

Vuestro minúsculo imperio

    Al final, después de todo, su vida seguía aquél ritmo de las bandas sonoras de su vida, bañada de cristalinas aguas de rock al amanecer y ralentizada por turbias aguas de blues en las noches menos claras. Así es él, cada día de su vida había ido formando su pequeño imperio en el que los pocos elegidos que se mantuvieron firmes tenían lo que necesitaban.

    Algunos le trataban como una droga, tan adictivo era que alguno casi contaba con diez años, otros habían forjado una gran amistad en cuestión de meses. Los caídos no estarán aquí para leerle, tan salomónico es él en sus decisiones que no hay lugar para los términos medios, o estás con él o estas en su contra, pero no olvidéis que él nunca comienza una guerra que vaya a perder.

Las cadenas de piedra

    Una vez terminada dicha tensión, casi cinco años han tirado de esa cuerda necesaria, regalandole lo mas bello que podían regalarle, la libertad de esa bestia, la forma de soltarla de una manera inigualable. Gracias.

Yo no comprendo ni quiero..

    Se calza su desgastada cazadora de cuero, sobre esa anodina camisa blanca parece una parodia de Loquillo. Se sube a su diminuto deportivo, uno de los mejores lugares para pensar, conduce de madrugada, con el compás marcado por las farolas, la ventanilla abierta y ese aire fresco golpeándole la cara. Tras casi una hora detiene el coche, quita la llave, sale de él y mientras recoge su mochila susurra la última estrofa de una de sus canciones favoritas:

 -...recuerda mi nombre respeta mi espacio no quiero colores no necesarios.

Elanio

    "-Es silencioso, dificil de ver, elegante y vuela alto.
-Te pega"
    Mi ya vieja costumbre de no tomar en alta estima la mayoría de las opiniones que se vierten sobre mi, no impide que alguna de ellas lleguen a buen puerto, curiosamente coinciden con personas que pueden decir que llevan años conociendome. Y no me he expresado mal, "conociendome", como un proceso inacabado y sin fecha de finalización, para el cual hay que ser por norma general bastante persistente, resistente y ligeramente deficiente.

Por ser como soy y querer seguir siendolo, quiero agradeceros, sin que sirva de precedente, a todos los que os complicais la existencia por manteneros remotamente cerca de mi, o como diría el gran Groucho "Nunca pertenecería a un club que admitiera como socio a alguien como yo.".

Frenético VII

    Estaban ambos, tan distintos, unidos por el hilo de una mirada y media sonrisa. El esbozo de una nueva pieza musical que se tocó sobre sus pieles inundó sus consecutivos días de ensoñaciones contrariadas por la razón y aquella remota cordura que se apoderaba de él en los momentos mas oportunos.

Se atrevió, hablaron de ello, y todo parecía tener un sentido, un lugar en aquel mar oscuro cuya tensa calma le mantenía vivo.

Una noche, un trueno le despertó, ya no quedaba nada, ella tenía que irse.

Icus

    Os voy a contar cuatro pinceladas de una vieja historia que se está escribiendo ahora mismo. Ella sabe que es ella, que esto va para ella, que no hay nadie en mi vida como ella. Lo escribo hoy, son años ya, no hay ninguna fecha, siquiera ella sabía cómo empezó todo, pero es la persona que mas ha sufrido por mi, de las pocas que con verme saben leerme, que ha estado a escasos centímetros de mi durante años y que cuando decidí(por su bien) alejarme conoció la distancia. Conoció la distancia que yo podía poner de por medio, un abismo en el que conoció el infierno de mi indiferencia, de mi frialdad, lo retorcido que podía llegar a ser hasta levantar la mano de nuevo para acercarla a mi lado. Y ahora que duerme, escribo esto, amanecerá leyéndolo y le dará ese empujoncito para seguir siendo ella, una mujer con un coraje, dureza y tozudez(cuando es necesaria) inigualables. Ánimo pequeña, seguiremos siendo.

Frenético VI

    ¿Quedamos?su respiración se paró durante varios segundos hasta que obtuvo la respuesta, se verían allí, fuera de ese contexto tan típico en el que siempre se encontraban.

   Él esperaba el momento, nervioso, él NERVIOSO... fue al punto de encuentro, sin saber muy bien qué se le venía encima, se vistió con su sonrisa nerviosa y todo empezó a fluir, las caricias se perdían en la piel, sonaba algo como mezcla de jazz y rap, comenzaron a respirar fuerte, sus corazones se acompasaron en ese ritmo que tan bien se les daba y...

Sentimientos

    ¿Sabes por qué la música describe mejor tus sentimientos que una palabra?porque hay mas canciones que palabras para describir un sentimiento, con incontables ritmos, sutiles detalles que con una nota se pueden insinuar, millones de grupos con una actitud diametralmente opuesta que pueden hacerte sentir comprendido en muchísimo menos tiempo del que tardaría en entenderte una persona. ¿qué suena en tu cabeza?

Conceptos III

    Un rayo te atraviesa todo el cuerpo, aprietas los párpados y ves un oscuro degradado rojo mientras tu mano derecha clava sus uñas alrededor del origen de aquella ácida grieta de tu piel. No puedes moverte, tus piernas no responden mas allá de un tímido titubeo, mientras de nuevo caes al suelo atenazado tu frente se perla de un sudor frío que te hace recuperar un poco el juicio, reúnes todas tus fuerzas, te levantas del suelo y empiezas a ser consciente de lo que es el DOLOR.

Frenético V

    Tras días de gustosa tortura volvieron a encontrarse. Él, nervioso como un niño, acumulando ideas amontonadas de irregular forma, agota los últimos minutos antes de volver a verla, quizá ella no quiera que sus labios vuelva a encontrarse, ¿no?

    La ve, es... es ELLA, su forma de caminar despeja todo atisbo de duda o pensamiento incierto, lo ha vuelto a hacer. Provocan un remolino de miradas que les divierte y anima a seguir, mas... bésame. Una mirada podía encender el mayor de los incendios, una caricia de hecho lo hacía, el tiempo puso fin a aquella noche de intensidad inconmensurable, como un reloj de arena, se agotó ese lapso hasta que le diesen de nuevo la vuelta, darían una vuelta enorme a aquella perversión.

El baile de máscaras

    Se levanta un día cualquiera, pues todos parecen iguales, y normaliza su aspecto en la medida de lo posible para salir ahí fuera. Se pone su sonrisa y atraviesa la puerta, el baile comenzó desde que tuvo conciencia social, pero aún guarda gotitas esperanza bajo ese océano de indiferencia.

    Esa balsa de aceite de la que todos hablan ultimamente no es mas que una muestra de su sentir por las máscaras, flota orgulloso en un juego para él tan gastado y entrenado con el paso de los años que no necesita ni pensarlo, es triste ver como los pocos que conserva a su lado tienen que arrancarle su mascara para conseguir una conversación decente, aquellos que alguna vez demostraron no tener máscara para él son los que tienen que arrebatarsela para devolverle su autenticidad.

    En ocasiones cree vislumbrar piel entre todas esas máscaras, cree poder sentir entre todos esos rostros de porcelana, apasionarse, reir, llorar... pero en muchos casos se equivoca, no es mas que un espejismo de sus ilusiones por encontrar personas que mantenga su cara al descubierto, que mantengan las puertas de su armario abiertas y el caracter para enfrentarse a la bestia debajo de esa media sonrisa que le caracteriza.

Frenético IV

    -"Em...vivo con mi novio". Se fueron y se perdieron entrelazando sus cuerpos, el tiempo dejó de existir, era algo nuevo par ambos pero se entendían, disfrutaban, estaban en éxtasis. Regresaron a casa, una despedida y él estaba recordando cada instante, ¿cómo podía haber llegado a ese punto? era imposible, ya daba igual... su vida seguirá como de costumbre¿no?

    Los días posteriores hablaron, nada nuevo...mas allá de lo que él pensaba claro, seguía dándole vueltas una y otra vez en un segundo plano. Se repitió un "ya basta" hasta que resultó lo suficiente convincente y los días se sucedieron en esa pequeña rutina de provocación, esa lejana tortura.

Frenético III

    Iluso, cuando se quiso dar cuenta ya casi estaban solos y estaba cantándole canciones de Disney al oído, nunca Baloo resultó tan erótico, siguiendo caminos invisibles por su espalda se le iba acelerando la respiración, se intentaba engañar a si mismo "no puede ser que esté haciendo esto, es imposible".

    Cuando se desinhibió por completo un pueril juego la situó en sus piernas y la besó, un torbellino que le supera le pierde en una mezcla de provocación y placer, enredados en su juego llega el momento de decir adiós a la fiesta, él no logra articular mucho mas que un "chao" y suben al ascensor, mas besos, es un primero, ¡qué corto se le hizo! salen a la calle y montan en el coche.

Conceptos II

    Una gran fuerza impide tu avance, denso, te haces un pez, respiras desesperado por turnos como su todo tu cuerpo fuesen pulmones, uno, dos, uno, dos... mueves los brazos ritmicamente pensando "una mas, ya estoy mas cerca". Das la vuelta y te sientes como un delfín al ver que vas por delante, tu puedes, sigue, dalo todo, eres inalcanzable, seis brazadas mas y tocas el borde, sacas la cabeza y notas punzadas en todos tus músculos, te dejas flotar, sin resuello, esto es AUTOSUPERACIÓN.

Frenético II

    Él, con el corazón aún acelerado, cruza la puerta cuyo significado es hermandad, toma una cerveza y se une a la fiesta. Está ella, imponente, ¿de verdad que es ella?, en cuando las primeras palabras se deslizan por sus labios ayudadas por la cerveza se confirma, es ella, es OTRA ella, ¿cómo pudo estar tan ciego?

   Pasado un pequeño lapso de tiempo inundado por un solo pensamiento, "inaccesible", él volvió en cuerpo y mente a la estancia, sin ningún complejo siguió siendo él mismo, no tenía por qué preocuparse, lo pasaría bien y al día siguiente ya nadie lo recordaría, como se arrancan las hojas de un calendario, como caen las hojas en otoño.

Conceptos I

    Sentado, mirando un infinito alcanzable, en la calidez del hogar mientras tomas un té. La máxima expresión del movimiento es el remolino que formas con la cucharilla en él, solamente escuchas tu respiración, no piensas en nada, y una breve sonrisa se dibuja en tu cara, no existe nada mas en ese fugaz instante, nada mas que tu, el infinito y la TRANQUILIDAD.

Frenético I

    Él, acostumbrado a no destacar sumido en su frenético día a día, acudía al encargo a toda prisa, atravesó la ciudad como acostumbraba sin saber qué se iba a encontrar. Aparcó y esperó, cuando la vio salió del coche, creía que era ella por supuesto, debido a su mala costumbre de no llevar gafas bajo su conocido lema: Nada, ¡si yo veo bien!

   Se dieron dos distantes besos, él entregó el encargo mostrando displicencia y tras un seco "espero que te guste" se montó en su coche. De camino a casa pensó que era una chica seria, distante e inaccesible pero ¿por qué estaba pensando eso?¿qué había pasado para que siquiera pensase mas en ella?

    Rápidamente llegó a su casa, se sentó y siguió con su ajetreada rutina, olvidándola por completo.

El retorno

    He vuelto, siento este tiempo de ausencia injustificada, volveré a compartir la mayoría de lo que pase por mi mente, para mi reservo el proyecto mas grande.

Por otra parte estructuraré un poco las entradas, va a haber dos secciones añadidas a la habitual, por una parte comenzaré la serie "Frenético", un relato por fascículos del que no se muy bien la duración ya que lo he comenzado pero no lo he concluido.  Por otro lado estará "Conceptos", el objetivo es meditar sobre un sentimiento desarrollándolo a partir de mi experiencia. Por último seguiré con esos "recortes" que me caracterizan, de los que no habrá un objetivo claro pero que me identifican.

Saludos y gracias por esperar, ya nos conocemos todos...¿o no?