domingo, 27 de abril de 2014

Frenético VII

    Estaban ambos, tan distintos, unidos por el hilo de una mirada y media sonrisa. El esbozo de una nueva pieza musical que se tocó sobre sus pieles inundó sus consecutivos días de ensoñaciones contrariadas por la razón y aquella remota cordura que se apoderaba de él en los momentos mas oportunos.

Se atrevió, hablaron de ello, y todo parecía tener un sentido, un lugar en aquel mar oscuro cuya tensa calma le mantenía vivo.

Una noche, un trueno le despertó, ya no quedaba nada, ella tenía que irse.

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