jueves, 10 de marzo de 2011

La esfera

Aquel pequeño niño mira a su alrededor, ve brillo, y a su vez, profunda oscuridad. Ese brillo le eclipsa, su mirada se llena de aquellos puntitos de colores al volver la vista hacia la oscuridad debido al dolor, pero los titilantes puntos amarillos, verdes y rosas persisten aun con los ojos cerrados.

Tras unos instantes con los ojos cerrados su infantil valentía le empuja a mirar a la oscuridad bajo sus pies. Allí atisba unos barrotes, y bajo ellos una bestia oscura de ojos claros tumbada distraidamente. Decidido a huir de aquella aterradora estampa alarga el brazo hacia el cegador brillo pero su mano topa con un frio material resquebrajado, colado de unos extraños orificios realizados sin ningún cuidado. El chico mete los dedos en uno de ellos y se corta, entre tanto silencio su corazón se acelera y puede escuchar las diminutas gotas golpear sobre aquella fria superficie.

Aterrado aprieta con fuerza la dolorida mano contra sus harapos, con los ojos cerrados y sin una idea mejor decide intentar correr, se golpea contra la superficie esferica y, mareado, siente un sutil movimiento. Se levanta y continua corriendo, no sabe despues de cuanto, pero él sigue en movimiento hasta que siente el vacio, sus piernas patean en el aire y sin poder emitir un solo grito ahogado cae en una sinfonia de cristales rotos, entreabre un ojo, no hay jaula, da vueltas desorientado, siente unas pisadas felinas, el brillo le ciega y despierta sudoroso.

Aquel pequeño niño mira a su alrededor, ve brillo...