jueves, 27 de febrero de 2014

Frenético I

    Él, acostumbrado a no destacar sumido en su frenético día a día, acudía al encargo a toda prisa, atravesó la ciudad como acostumbraba sin saber qué se iba a encontrar. Aparcó y esperó, cuando la vio salió del coche, creía que era ella por supuesto, debido a su mala costumbre de no llevar gafas bajo su conocido lema: Nada, ¡si yo veo bien!

   Se dieron dos distantes besos, él entregó el encargo mostrando displicencia y tras un seco "espero que te guste" se montó en su coche. De camino a casa pensó que era una chica seria, distante e inaccesible pero ¿por qué estaba pensando eso?¿qué había pasado para que siquiera pensase mas en ella?

    Rápidamente llegó a su casa, se sentó y siguió con su ajetreada rutina, olvidándola por completo.

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