domingo, 30 de marzo de 2014

Frenético V

    Tras días de gustosa tortura volvieron a encontrarse. Él, nervioso como un niño, acumulando ideas amontonadas de irregular forma, agota los últimos minutos antes de volver a verla, quizá ella no quiera que sus labios vuelva a encontrarse, ¿no?

    La ve, es... es ELLA, su forma de caminar despeja todo atisbo de duda o pensamiento incierto, lo ha vuelto a hacer. Provocan un remolino de miradas que les divierte y anima a seguir, mas... bésame. Una mirada podía encender el mayor de los incendios, una caricia de hecho lo hacía, el tiempo puso fin a aquella noche de intensidad inconmensurable, como un reloj de arena, se agotó ese lapso hasta que le diesen de nuevo la vuelta, darían una vuelta enorme a aquella perversión.

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