lunes, 12 de mayo de 2014

Vuestro minúsculo imperio

    Al final, después de todo, su vida seguía aquél ritmo de las bandas sonoras de su vida, bañada de cristalinas aguas de rock al amanecer y ralentizada por turbias aguas de blues en las noches menos claras. Así es él, cada día de su vida había ido formando su pequeño imperio en el que los pocos elegidos que se mantuvieron firmes tenían lo que necesitaban.

    Algunos le trataban como una droga, tan adictivo era que alguno casi contaba con diez años, otros habían forjado una gran amistad en cuestión de meses. Los caídos no estarán aquí para leerle, tan salomónico es él en sus decisiones que no hay lugar para los términos medios, o estás con él o estas en su contra, pero no olvidéis que él nunca comienza una guerra que vaya a perder.

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