viernes, 29 de mayo de 2015

Tiempos y tempos

    - Nada bueno, ¿eh?
No sé qué contestó... Que el infeliz se iba... Nada... Que un dolor... Que no sé qué raíz mala... la tierra, entre la yerba...
    - Que se nos va, que es real...vuelve hombre que así nunca vas a ver en lo que estoy trabajando, que esto tuvo continuidad por ti...
    - Lo olvidé todo, ¿ese libro es mio?
    - Que si hombre, ¿ya no lo recuerdas? Esas métricas son tuyas, su fluir...
    - Esa mujer era bella, no bonita, bonito es algo pequeño, sin valor...
    - Eso si viejo amigo, tu esencia perdura, todos tenemos un pedacito de ti, yo soy Francisco.
    - Francisco... claro no puedes ser Paco, Paco es demasiado cuadriculado para ti, tu eres Francisco.
    - Eso es, sigue así que aquí no se está tan mal.
Por la cuadra en silencio, encendiéndose cada vez que pasaba por el rayo de sol de la ventanilla, revoloteaba una bella mariposa de tres colores...

Con lágrimas en los ojos dedico esto al profesor de lengua que me impulsó a escribir, una de las razones por las que todo esto está aquí, siempre estarás aquí Luis García Camino Burgos, SIEMPRE.

jueves, 21 de mayo de 2015

El mago

Finalmente un trozo de esta historia llega a este lugar, el resto jamás lo hará.

    Escuchas una respiración acelerada, pero no ves nada. Empiezas a oir un cuerpo contra ramas, a notar bajo tus pies pisadas aceleradas. Las ramas cercenan tu piel como afiladas cuchillas, los andrajos no te protejen de absolutamente nada. La imagen se empieza a formar, estas empapado en sangre, barro, sudor y lágrimas. No sabes donde podrás parar, solo corres. Te empieza a faltar el resuello y aún sientes el aliento de tu enorme perseguidor tras de ti.
    A lo lejos ves una angosta madriguera en la que dudas si entrarás, pero te lanzas, entras en un lugar oscuro que poco a poco parece hacerse mas amplio, escuchas a tu perseguidor en la entrada arañando e inhalando tu fuerte olor. Te dejas caer de espalda en el mismo momento en el que ves un apice de seguridad y cierras los ojos... te sientes mareado, te palpitan las sienes y una ligera brisa hace que las brechas de tu piel escuezan, pero de momento estas a salvo, una dulce sensacion te sumerge de nuevo en la oscuridad, parece que flotases...
La calidez de un hogar te mantiene inmovil, ya no sientes mas que un leve picor en cada cortadura, abres los ojos y ves extrañas figuras dibujadas en el techo de la cueva, estas tapado, te sientes limpio. Inesperadamente escuchas una voz cálida y ancestral que te dice:
-¿ Te encuentas bien? Te encontré en uno de mis pasadizos desmayado en un estado lamentable, llevas dormido un dia entero...
No alcanzas a ver quien es y te incorporas en el camastro cuando descubres que estas totalmente desnudo, y el hombre, antes de que puedas verle te dice:
-Ten cuidado, no quiero tener que levantarte del suelo de nuevo, eres muy corpulento, no se cómo pudiste entrar por aquel agujero, supongo que todo lo podemos conseguir si tenemos una buena razón para ello y en este bosque, aun siendo como tu, siempre hay algo a lo que temer.
Ante mi se dibujaba la centenaria silueta de un mago, yo sabia que era EL mago. De pelo blanco, encorvado y con una solemne sonrisa tras su mesa de tostado pino me observaba.
-Em... gracias por acogerme... no tengo gran cosa... de hecho aqui no tengo nada para agradecerle su gesto...
- no seas absurdo muchacho, tienes mil cosas valiosas, pero solo quiero una, de eso hablaremos mas tarde, ¿ qué tal te sientes?
-Cansado...
- Tómate este caldo, es lo que necesitas.
- Gracias de nuevo pero...
- Calla y come, siendo tan tozudo como eres, no se como has podido sobrevivir aquí.
- Suerte quizá...
Una grandiosa carcajada llenó la cueva, creí que aquel anciano moriría de la risa. Bebí el caldo y me levanté antes de que el anciano llegase a impedirmelo. Con el torso parcheado de diminutos trocitos de aloe vera y una manta anudada a la cintura me veia totalmente ridículo.
- ¡Chico!¡Nunca habia visto a nadie recuperarse así!
- Tampoco fue para tanto...debo conseguir matar a esa bestia inmunda...si me dice qué puedo hacer por usted continuaré mi camino cuanto antes.
El anciano miró asustado a mi alrededor y me invitó a sentarme en la mesa que estaba ante él.
-Bien...quizá no te siente del todo bien hacerme este favor...pero iré al grano.
Le noté nervioso, él se quitaba su tunica lentamente mientras yo esperaba atónito.
-Muchacho, me vas a hacer libre, te he estado observando y vas a ser el nuevo... mago.
- ¡¿Pero qué?!
-Déjame hablar, ponte esta ropa y por último la túnica.
Obedecí sin creer lo que estaba pasando hasta que pude girarme y el anciano esperaba paciente con una túnica muy humilde comparada con la que me acababa de poner.
- Bueno... todo esto es tuyo ahora chico, utilizaló con mesura...adiós.
El anciano se fue por la puerta mientras yo paralizado musitaba un agradecimiento indefinido. Respiré hondo, cerré la puerta y me senté hasta que volvió la oscuridad.