jueves, 11 de junio de 2015

Las cuerdas

    Vendí el mundo escuchando Led Zeppelin, los primeros acordes me arrancaron la sonrisa para después cantar en silencio, moviendo los labios de forma sutil en ese tren... adoro los trenes, su calma como mi paz interior, de terciopelo.

    Se acabó, ¿o comienza? Después de todo poco importa, soy feliz, floto cada vez que tomo un capuchino, vuelo cada día patinando, sonrio mientras llueve, algo se remueve dentro de mi leyendo... nací para ser libre, no me acerqueis ninguna cuerda si no son las de mi guitarra.