sábado, 1 de marzo de 2014

Frenético II

    Él, con el corazón aún acelerado, cruza la puerta cuyo significado es hermandad, toma una cerveza y se une a la fiesta. Está ella, imponente, ¿de verdad que es ella?, en cuando las primeras palabras se deslizan por sus labios ayudadas por la cerveza se confirma, es ella, es OTRA ella, ¿cómo pudo estar tan ciego?

   Pasado un pequeño lapso de tiempo inundado por un solo pensamiento, "inaccesible", él volvió en cuerpo y mente a la estancia, sin ningún complejo siguió siendo él mismo, no tenía por qué preocuparse, lo pasaría bien y al día siguiente ya nadie lo recordaría, como se arrancan las hojas de un calendario, como caen las hojas en otoño.

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