domingo, 20 de abril de 2014

Icus

    Os voy a contar cuatro pinceladas de una vieja historia que se está escribiendo ahora mismo. Ella sabe que es ella, que esto va para ella, que no hay nadie en mi vida como ella. Lo escribo hoy, son años ya, no hay ninguna fecha, siquiera ella sabía cómo empezó todo, pero es la persona que mas ha sufrido por mi, de las pocas que con verme saben leerme, que ha estado a escasos centímetros de mi durante años y que cuando decidí(por su bien) alejarme conoció la distancia. Conoció la distancia que yo podía poner de por medio, un abismo en el que conoció el infierno de mi indiferencia, de mi frialdad, lo retorcido que podía llegar a ser hasta levantar la mano de nuevo para acercarla a mi lado. Y ahora que duerme, escribo esto, amanecerá leyéndolo y le dará ese empujoncito para seguir siendo ella, una mujer con un coraje, dureza y tozudez(cuando es necesaria) inigualables. Ánimo pequeña, seguiremos siendo.

1 comentario:

  1. Ella ha sufrido, sí, pero no en vano. Ahora disfruta de una relación perfecta, una amistad como nunca antes ha existido ni existirá.

    Aún guarda restos de aquel naufragio. Restos de su pequeño infierno, pero no está de más que estén ahí, así recuerda lo crueles que pueden llegar a ser las personas.

    Seguiremos siendo. Eternamente.

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