sábado, 11 de julio de 2015

La impaciencia del sastre

    Aquí solo se zurcen instantes, remendandolos para que no se note el vacío y así la vida de muchos pasa, con el tiempo como juez implacable.

    Algunos tenemos la suerte de saber quien somos y podemos disfrutar exentos de quien dice esto y aquello, disfrutando de una caricia, disfrutando de "últimas medias horas", perdiendo el aliento por un ratito mas, en la dulzura de unos brazos.

    Otros en cambio tienen todo el tiempo del mundo, lo derraman, lo pierden gota a gota en cualquier lugar... ¡incluso con cualquier persona!, envidio todo ese tiempo perdido, ojalá lo pudiese tener para mi...

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